Por: David Pratte
Muchos pasajes del Nuevo Testamento describen congregaciones locales del pueblo de Dios dirigiendo reuniones regulares de adoración a Dios y de estudio de Su palabra (Hch. 20:7; 11:26; 1 Cor. 11:17-34; Cap. 14; Heb. 10:25). Estas reuniones proveen bendiciones y oportunidades que benefician a aquellos que asisten.
El propósito de este estudio es considerar siete razones por las que cada miembro de una iglesia local debería sentir un deseo urgente por estar presente siempre que la iglesia esté congregada. Emergencias ocasionales podrían hacer necesario para nosotros el faltar, pero deberíamos diligentemente tratar de evitar tales impedimentos para que podamos estar presentes si es del todo posible.
Por favor considere estas razones de por qué usted necesita asistir a todas las reuniones de la iglesia local:
Dios busca adoradores que le adoren en Espíritu y en Verdad (Juan 4:23-24). Nos ha mandado que le adoremos en la oración, en el cántico, en el estudio de la Biblia, en la Cena del Señor, y en la ofrenda (Hch. 2:42; 20:7; 11:26; 1 Cor. 14:15; 16:2; 11:17-34; Efe. 5:19).
La Biblia enseña claramente que se espera que los Cristianos asistan a las reuniones públicas para llevar a cabo estos propósitos (Hch. 11:26; 20:7; Heb. 10:23-25; 1 Cor. 14:1-40; 11:17-34). La adoración a Dios no está limitada a las reuniones públicas. También debemos orar, cantar y estudiar diariamente en la casa (Hch. 17:11; 16.25; Stg. 5.13; Deut. 6:6-9; Sal. 1:2; 1 Tes. 5:17). Pero los pasajes previamente mencionados muestran que las reuniones son también esenciales. La adoración privada sola no es suficiente, y la adoración pública sola no es suficiente. Ambas son requeridas.
Deberíamos asistir a las reuniones de adoración no sólo porque Dios quiere que lo hagamos, sino también porque nosotros lo queremos.
Mateo 22:37-38 -- El más grande de los mandamientos es amar a Dios con nuestro corazón, alma y mente. Deberíamos amar a Dios a causa de lo que ha hecho por nosotros. Envió a Su Hijo unigénito a morir para salvarnos del tormento eterno y ofrecernos la vida eterna (Rom. 5:6-8; 1 Juan 4:8-10; Juan 3:16).
Hebreos 13:15 -- Cuando verdaderamente apreciamos el amor de Dios por nosotros, querremos expresar nuestra gratitud en la alabanza y en la adoración. (Véase también Col. 4:2; Sal. 100:4; 1 Ped. 2:9; Ef. 1:5-6).
Salmo 1:2; 119:97-99; 122:1 - Los hombres justos se deleitan en y aman la ley de Dios, razón por la cual desean meditar en ella. Dicen honestamente, "Yo me alegre cuando me decían: A la casa de Jehová iremos". Todos los Cristianos tendrán esta actitud hacia todas las reuniones de la iglesia cuando verdaderamente aprendamos a amar y apreciar a Dios y Su palabra. ¿Es esta su actitud?
Algunas personas creen que "no tienen que venir a todas las veces". Pero ¿por qué algunos de los que aman a Dios querrían hacer algo más en lugar de esto? Si su hijo o un ser amado estuviera enfermo o herido, diría usted, "¿No puede probarme que tengo que ayudarlo?" No, si usted lo ama, querrá ayudarle. ¡De la misma manera, cuando usted ama a Dios, ¡querrá adorarlo!
Ha sido dicho, "El ausentismo es indiferencia, la indiferencia es ingratitud, y la ingratitud es una desgracia por medio de cualquier patrón [o modelo]". Una persona que pudiendo asistir escogió no asistir, es indiferente, realmente para él no significa mucho agradecer y alabar a Dios. Una actitud de estas muestra una falta de gratitud por lo que Dios ha hecho. Esto es señal de una seria enfermedad espiritual, y es el primer paso hacia la apostasía (2 Tim. 3:2; Rom. 1:21). La adoración aceptable debe venir de una actitud correcta. La gente que tiene esta actitud no tratará de evadir la adoración; querrán venir en toda oportunidad que la iglesia provea.
Hebreos 5:12 - Se espera que los Cristianos se conviertan en maestros de la palabra de Dios. Si ahora no somos capaces de enseñar, deberíamos estar desarrollando la capacidad. Esta es una responsabilidad de todos los miembros, jóvenes o viejos, niños en Cristo o maduros en la fe. (Comp. 1 Ts. 5:11).
Mateo 5:6 - Deberíamos tener hambre y sed de justicia. Si lo hacemos, usaremos toda oportunidad que la iglesia nos provea para estudiar y aprender. (Véase también Hch. 17:11; Jos. 1:8; Os. 4:6; 1 Ped. 2:2).
Hebreos 3:12-13 - Para evitar el caer, necesitamos animarnos los unos a los otros. Note que esto es una necesidad diariamente regular, no simplemente algo que necesitamos una vez por semana. Algunos conceden que a esta necesidad debería hacérsele frente fuera de las reuniones, pero las reuniones son un lugar muy importante para esta exhortación. Aquellos que descuidan (o menosprecian) las reuniones, usualmente descuidan (o menosprecian) el exhortar también a otros fuera de las reuniones. (Véase también 2 Tim. 2:2,24-26; Hch. 8:4; Gál. 6:1).
Cuando la iglesia local proporciona esta reuniones, todos los miembros son responsables de asistir y participar en la enseñanza y el aprendizaje.
1 Timoteo 3:15 - La iglesia es la columna y baluarte de la verdad.
1 Corintios 14:19,26,31,40 - Los conductores de las reuniones de la iglesia, enseñan y edifican a los miembros.
Efesios 4:15-16 - Cada miembro del cuerpo es responsable de participar en este trabajo de la edificación del cuerpo. Estos principios se aplican a todos los miembros y a todas las reuniones. ¿Si todos los miembros fueran tan activos en este trabajo como usted lo es, ¿qué tan efectivamente sería edificada la iglesia?
Hebreos 10:23-25 -- Debemos exhortarnos unos a otros y estimularnos al amor y las buenas obras, para que de esta manera podamos mantener firme nuestra esperanza y no caer. Para cumplir esta obligación, deberíamos asistir regularmente cuando la iglesia está congregada conjuntamente. Nota: Comparando este pasaje con Hebreos 3:12-13, muestra que necesitamos la exhortación más a menudo que simplemente una vez por semana. Deberíamos ser diligentes, no perezosos (Heb. 6:11-12; Véase también Hch. 2:46; 11:26; 20:7).
Hebreos 13:17 - Los ancianos velan en favor de las almas de los miembros. Guían al rebaño y ven que se estén alimentando (Hch. 20:28; 1 Ped. 5:1-3). Mucha de esta guía e instrucción es hecha en la congregación. Los miembros son los responsables de la obediencia y sumisión a estos ancianos. Debemos cooperar con sus esfuerzos de enseñanza, y esto requiere que se esté presente cuando la enseñanza es dada.
El mandamiento de participar en la Cena del Señor el primer día de la semana autoriza a la iglesia para decidir el momento y el lugar para cumplir este mandamiento. Cuando la iglesia ha colocado un momento y lugar, todos los miembros están obligados a estar presentes para que puedan obedecer este mandamiento de participar. En la misma forma, la iglesia está autorizada a proporcionar reuniones donde los miembros puedan enseñarse y exhortarse los unos a los otros. En vista de que los miembros necesitan la enseñanza regular y frecuente, se sigue que las iglesias están autorizadas a proveer tantas reuniones como sean necesarias para llevar a cabo la enseñanza que se necesita, incluyendo reuniones en la mitad de semana, series, etc. Puesto que todos los miembros son responsables de participar en estos esfuerzos de la enseñanza, todos deberían venir y estar activamente implicados todas las veces que la iglesia se reúna.
1 Timoteo 4:12 - Ser ejemplo a los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Usted debería asistir a las reuniones para su propio beneficio. Pero considere también el efecto en los demás de su asistencia o inasistencia. Ciertamente los miembros nuevos y los débiles necesitan de toda la enseñanza que puedan conseguir. Pero tales personas a veces deciden que tan a menudo venir para observar a los otros miembros. ¿Si ellos lo imitan a usted, su necesidad de enseñanza será suplida? (Véase también Tito 2:7-8).
Mateo 5:14-16 -- Permitir que nuestra luz brille para que de esta manera los hombres puedan glorificar a Dios a causa de nuestras buenas obras. ¿Su ejemplo en la asistencia lleva a la gente a glorificar a Dios? Mucha gente rehusa obedecer al evangelio por causa de los "hipócritas que hay en la iglesia". Tales personas están equivocadas, ¡pero también lo están los hipócritas! (Véase también 1 Ped. 2:11-12; 3:15-16).
Mateo 18:6-7 -- Es mejor ahogarse en el mar que colocar un ejemplo que tiente a los demás para que caigan. Si un no miembro o un miembro nuevo le pregunta si deberían asistir a todas las reuniones o no, ¿les diría que asistieran o que se fueran a hacer alguna otra cosa en lugar de asistir? Usted está contestando esta pregunta por medio de su propio ejemplo. "Las acciones hablan más alto que las palabras". ¿Cómo se sentirá usted en el juicio si alguno se pierde a causa de que imitaron su indiferencia y cayeron? ¡Cuanto mejor enfrentar el juicio sabiendo que usted dió un ejemplo de fidelidad en la asistencia! (Fil. 2:15-16).
¿Si toda la gente siguiera nuestro ejemplo en la asistencia, aprenderían la verdad y recibirían el estímulo que necesitan para recibir la vida eterna en el juicio?
Debemos criar a nuestros hijos para que sean lo que Dios quiere que sean (Ef. 6:4). Los hijos son influenciados grandemente por el ejemplo de sus padres. "Cual la madre, tal la hija" (Ez. 16:44), o "como el padre, así el hijo" (Véase también Neh. 13:23-24; 2 Tim. 1:5). Muchos padres viven los primeros años de su matrimonio en indiferencia espiritual. Más tarde se arrepienten, pero ya es demasiado tarde para salvar a sus hijos. ¡Mucho mejor dar un ejemplo que motive correctamente a nuestros hijos!
¿Pablo o los otros apóstoles deliberadamente desatenderían las reuniones o se descuidarían en hacer uso de las oportunidades para enseñar? ¿Está usted imitando el ejemplo de ellos? (Véase también Fil. 3:17; 4:9).
¿Qué pensaría de un anciano que fue calificado para su oficio si no asistiera a las reuniones cuando puede venir? ¿Consideraría que un predicador es digno de sostenimiento si hace lo mismo? Si usted piensa que los ancianos y los predicadores fieles tienen la responsabilidad de asistir regularmente, ¡usted debería imitarlos!
Considere aquellos miembros que sabe que son débiles en su servicio a Dios. ¿No es cierto que estas son las personas que a menudo no asisten a los servicios? Ahora piense en los miembros que usted considera que son realmente fuertes y fieles en todas las áreas del servicio a Dios -- conocen la Biblia, la enseñan a otros, viven vidas puras, tienen hijos obedientes, etc. ¿Puede usted pensar que aún una de tales personas no asistirá o descuidará las reuniones cuando puede venir? ¡Imite aquellos que son verdaderamente fieles!
Deberíamos seguir las pisadas de Jesús. Por definición, un Cristiano es un discípulo seguidor de Jesús, uno que es como Cristo (Hch. 11:26; Gál. 2:20). ¿Jesús en algún momento desatendería una oportunidad para estudiar con otros o para adorar a Su Padre? (Mat. 18:20; Luc. 4:15; Mat. 4:23; 9:35; 13:54; Jn. 18:20; etc.).
¿Está usted imitando el ejemplo de Jesús, de Sus apóstoles, y de otros Cristianos fieles?
Puede ser que haya unas pocas personas que honestamente no sean que deben asistir a todas las reuniones. Pero profundamente en su corazón cuando son realmente honestos, las personas deben saber que deberían asistir.
Muchos de nuestros himnos enfatizan la importancia de la adoración y la oración a Dios, el estudio de la Palabra de Dios, etc. A menudo oramos, "permítenos estar de regreso nuevamente para el estudio de tu Palabra, etc." ¿Entiende usted lo que dice? ¿Dice usted "amén" en la oración? Si es así, debe actuar en conformidad a esto o sus palabras son "vanas repeticiones" (Mat. 6:5-7; 15:8).
¿Qué acerca de los ancianos y predicadores: espera que ellos asistan regularmente? Dios no hace acepción de personas (Hch. 10:34). No hay un doble patrón. Si se espera que un miembro asista a todos los servicios entonces se espera que todos los miembros asistan a todos los servicios. Si un miembro puede quedarse en casa, ¿por qué no pueden todos los miembros quedarse en casa? ¿Cómo llamaríamos a una persona que espera que los demás practiquen algunas cosas que él mismo no desea practicar? ¡Hipócrita! (Mat. 23:3-4; Rom. 2:1-3,21-22).
¿Desearía estar reunido con los santos, o quisiera ser hallado haciendo deliberadamente algo más cuando podría estar asistiendo? Recuerde, Jesús sabe todo lo que yo hago, y traerá todo esto a juicio, haciendo caso omiso de si nos estamos entregando al acto o no cuando El venga (2 Cor. 5:10; Ec. 12:13-14; Ap. 20:12). Nunca sabremos cuando podrá venir, ni cuando moriremos, por tanto, deberíamos vivir cada momento de nuestra vida tan fielmente como viviríamos nuestro último día (1 Tes. 5:1-6; Stg. 4:13-14).
Un estudio honesto de estos puntos mostrará a la mayoría de la gente que realmente saben que deberían estar presentes en cada reunión. Ahora considera Santiago 4:17: "Y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado".
1 Corintios 6:19-20 -- Nuestro cuerpo pertenece a Dios, no a nosotros, por lo mismo deberíamos glorificar a Dios en nuestro cuerpo. Pero la glorificación de Dios es el propósito principal de la adoración en las reuniones. Aquellos que comprenden que sus cuerpos pertenecen a Dios, estarán deseando usar sus cuerpos para adorarle.
Romanos 12:1 -- Los Cristianos deberían presentar sus cuerpos como sacrificio vivo en el servicio a Dios. Por tanto, aquellos que han hecho de sus cuerpos un sacrificio para Dios le adorarán de buena gana. No permitirán que los placeres egoístas interfieran.
Mateo 16:24-25 -- Para ser discípulos de Jesús, debemos negarnos a nosotros mismos. Si voluntariamente (o de buena gana) damos nuestras vidas a Dios, recibiremos la vida eterna. Pero si tratamos de guardar nuestras vidas para usarlas para nosotros mismos, las perderemos. Por tanto, nunca deberíamos desatender la adoración a Dios para que de esta manera podamos hacer lo que le agrada en lugar de lo nuestro.
2 Corintios 8:5 -- Los Macedonios dieron su dinero generosamente porque se dieron primeramente a sí mismos al Señor. Lo que es verdad de nuestro dinero, también es verdad de nuestro tiempo, esfuerzo, etc. Si toda su vida pertenece a Dios, ciertamente no puede regatear o rehusar usar unas pocas horas de cada semana para adorarle.
¿Está uno colocando a Dios primero cuando, en lugar de asistir a las reuniones de adoración, prefiere ir al juego de balón o al concierto, mirar TV, ir de pesca, viajar, o trabajar en la casa? ¿Está uno colocando a Dios primero cuando de iría de mejor gana a hacer una visita a sus amigos o cualquier otra cosa o gastaría su tiempo con su familia en lugar de la adoración a Dios? (Véase también Mat. 10:37-39). ¿Está uno colocando a Dios primero cuando omite las reuniones para hacer las tareas de la escuela, asistir a las funciones de la escuela, o hacer dinero, cuando podría arreglar su horario para adorar a Dios? ¿Está uno colocando a Dios primero cuando omite las reuniones a causa de que esta "enfermo" o a causa de la "falta de transporte", pero bajo las mismas circunstancias encontrará alguna forma o medio para ir a trabajar o al almacén de compras o al supermercado?
¡Esta es la clave del asunto para todo nuestro estudio! La razón principal por la que la gente no asiste a todas las reuniones, cuando podrían venir, es porque no han hecho el ¡compromiso o promesa total de colocar a Dios primero en sus vidas! Aún quieren usar el tiempo que le corresponde a Dios para agradarse a sí mismos, y de esta manera, no asisten a las reuniones. Cuando uno observa su vida como estando totalmente sacrificada a Dios, inmediatamente verá que debería adorar a Dios siempre que la iglesia esté reunida, si posiblemente puede hacer los arreglos para lograr que sea así. Querrá estar ahí y en ningún momento considerará seriamente omitirlo y estar ausente.
Si, hay situaciones de emergencia cuando "el buey cae en el pozo" (Luc. 14:5). ¿Pero un Cristiano no debería trabajar diligentemente para prevenir o vencer estos percances? ¿¡Si el mismo y viejo buey vuelve a caer en el mismo pozo, por qué no construir una defensa, llenar el pozo, o vender el buey!?
El cielo es un lugar de alabanza a Dios. Podríamos no saber todo acerca de lo que haremos en el cielo, pero sabemos que una de las cosas principales allí será la adoración. Los ancianos, los ángeles, y todos los que han lavado sus túnicas blancas en la sangre del Cordero están sirviendo a Dios día y noche (Ap. 5:9-14; 7:9-15; 15:2-4; 19:4-8; etc.).
Por tanto, la única cosa sobre la tierra que es en sumo grado como el cielo, es nuestra adoración pública en las reuniones. En el cielo, nos juntaremos en la presencia de Dios; en nuestra adoración en las reuniones estamos espiritualmente en la presencia de Dios. En el cielo, nos reuniremos y asociaremos con el pueblo de Dios; en nuestras reuniones, nos encontramos y asociamos con el pueblo de Dios. En el cielo, mucha de nuestra actividad abarcará la adoración y alabanza a Dios; en nuestras reuniones de adoración hacemos lo mismo.
Ciertamente la adoración en el cielo será en una escala más pura y grande. Pero si en esta vida usted no disfruta de la alabanza a Dios, si le repugna el tiempo que gasta en el estudio de la Biblia, si prefiere hacer alguna otra cosa que reunirse con el pueblo de Dios, ¡¿qué hace usted pensando que va a disfrutarlo en el cielo?! (Las personas con tales actitudes no necesitan molestarse. De igual manera, ¡no irán allí!) La gente que verdaderamente ama y aprecia a Dios, amará y apreciará las oportunidades para adorarle y servirle. Esta son las personas que disfrutarán el cielo -- ¡y son los destinados a estar allí!
La historia habla de un hombre joven que le preguntó a un amigo qué debería hacer para conseguir que su novia estuviera de acuerdo en casarse con él. Su amigo le contestó, "todo depende de si ella quiere casarse contigo o no. Si no quiere, no puedes hacer que se case. ¡Si ella quiere, no hay forma de que puedas impedírselo!" Esta es una ligera exageración del caso con respecto a la adoración. Si uno es regular en la asistencia o no, todo depende de si está realmente consagrado a Dios o no. Si no está consagrado, probablemente dejará de ir a las reuniones. Si realmente está consagrado, querrá asistir tanto que usted difícilmente podrá mantenerlo alejado.
Antes de omitir cualquier reunión, aquí hay algunas preguntas que usted mismo debería contestarse honestamente:
1. ¿Realmente estoy colocando a Dios primero -- antes que mis propios deseos, antes que mi familia, y antes que cualquier otra cosa en la vida?
2. ¿Estoy verdaderamente triste cuando no puedo asistir -- o realmente preferiría estar haciendo alguna otra cosa en lugar de asistir?
3. ¿Honestamente estaría cumpliendo mis deberes para con Dios no asistiendo como lo sería si fuera?
4. ¿Si alguna "emergencia" me impidiera asistir, esa misma circunstancia me impediría el cumplir con otras actividades que son de gran importancia para mí?
5. ¿Estoy tratando de hacer todo lo que pueda por el Señor, o simplemente estoy tratando de "aprender" con el mínimo de servicio?
6. ¿Si alguien más imitara mi modelo y ejemplo de asistencia, incluyendo a mi familia y los seres queridos, estarían ellos de igual manera agradando a Dios y recibirán la vida eterna?
7. ¿Qué pensaría usted de un anciano o un predicador que asistiera como usted lo hace?
8. ¿Mi práctica está en armonía con lo que predico, canto y oro?
9. ¿Qué haría yo si este fuera mi último día en la tierra -- si supiera que Jesús vendría hoy o que hoy moriría?
10. ¿Qué haría Jesús si estuviera en las mismas circunstancias en que estoy yo?
Versión al Español Por: Jaime Restrepo M., A.A. 1254, Manizales (Caldas), Colombia, S.A.
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